
GUARDAR SILENCIO, RESPIRAR Y CONECTAR CON DIOS
Por Edy Enrique Cruz Moreno, Psicólogo y Terapista Familiar.
Hoy tenemos muchos cambios, mucha información, mucha preocupación, mucha incertidumbre y aunque también mucho tiempo libre, pero con agitación interior. Lo cual nos desconecta de nosotros mismos, haciéndonos sentir solos y aislados. A su vez nos turba y llena la cabeza de pensamientos que muchas veces no son productivos. Pero lo más grave de la agitación interior, es que nos impide ver con claridad al Dios amoroso que nos acompaña en nuestro presente.
Qué necesidad tenemos en estos momentos de no complicar nuestros días, de no hacer más pesada nuestra carga, de no perder la esperanza y la alegría. Y si seguimos turbados interiormente, hacemos totalmente lo contrario. Así que es de suma importancia volver a la luz, regresar a la paz, calmar las ansias y sentir tranquilidad en nuestro corazón. Y esto se logra con tres sencillos pasos: Guardar silencio, respirar y conectar con Dios.
¿Has escuchado el silencio? Ya notaste que el silencio es necesario para escuchar lo que no se escucha a través del sonido, y que el silencio te permite notar que lo sencillo es lo más primordial, por ello cuando guardas silencio puedes poner atención plena a tu respiración, sentir los latidos de tu corazón y percibir sensaciones suaves con tu piel. ¿Has disfrutado de la respiración? Sobre todo, cuando la frescura del aire transita por tus fosas nasales, y en seguida tu pecho y tu estomago se inflan y desinflan rítmicamente. ¿Has conectado con Dios? Ese segundo que se vuelve eterno, asemejándose a la gota de agua que se une a la inmensidad del mar, ese instante que no tiene fin, donde el amor te envuelve y te hace sentir que estás en casa. Cuando conectas con Él, estás completo, realizado, unido y satisfecho. Esa conexión que te hace entender sin palabras, sentir lo espiritual, y amar al Amor. Ahí en ese instante o rato completo, tu ser se redescubre, toma sentido y se llena de vida para seguir viviendo. Al conectar con Dios, renaces y estás listo para lo que la vida te dispone.
Si has escuchado al silencio, si has disfrutado tu respiración y si has conectado con Dios, seguro ahora sonríes porque sabes lo que te digo. Si alguna vez lo has hecho, pero hoy solo extrañas las sensaciones descritas, pausa tu vida y regresa al manantial interior. Si al leer únicamente admiraste lo dicho como espectador, hoy te invito a ser protagonista, guardando silencio, respirando y conectando con Dios. Ni hoy ni nunca has estado solo, alguien que te ama te espera en tu interior.
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