ADICCIÓN A LAS PANTALLAS
Por Lic. Psicología Ma. Guadalupe del Rosario García Esquivel. (QEPD)
Saludos amigos lectores:
Es un placer formar parte de este compartir en una sociedad donde actuar con corresponsabilidad es, ya no solo necesario sino un compromiso. Aportando nuestro granito de arena.
Hoy abordaré el tema de la adicción, definida como hábitos o costumbres de conductas peligrosas o de consumo de determinados productos en especial, drogas y del que no se puede prescindir o resulta muy difícil hacerlo por razones de dependencia psicológica o incluso fisiológica. Nos enfocaremos en este artículo la adicción a lo electrónico, a la tecnología. Toda dependencia causa un conflicto personal, familiar, laboral, social o una adicción. Hoy una de esas adicciones es la tecnología la cual nos rebasa de manera incontrolable e irresponsable; siendo varios los elementos que influyen en esta dependencia en cuanto a los aparatos que utilizamos para adentrarnos a la tecnología.
La emisión de sonidos, música, imágenes, destellos luminosos y algo muy peculiar la sensación de que la energía del celular se puede terminar, siendo esta sensación de escasez, la que invita a la persona a siempre estar llena, satisfecha. Es buscando de manera inconsciente estar llena de “energía”. Dado que se despierta a través de los mensajes, el sonido de las notificaciones, etc. Bombardeando de sentirse que solo así puede ser parte de esta sociedad, perdida en encuentros personales, donde la interacción y cercanía pierde fuerza. Donde el mensaje es significativo ante la escasez, las limitaciones.
Ejemplo: A inicios de este año 2019 se dio la noticia de “escasez” de gasolina, pero como dato curioso las gasolinas abarrotadas de carros, pretendiendo conseguir un poco de gasolina, que reflexionando: la venta siempre fue la misma; solo que al crear alarma se pensó en la posible escasez y entonces se presentó el fenómeno “Del tanque lleno” sucediendo la sensación de acabarse, no haber más, escasez de energía. El celular otro ejemplo de escasez continua. Por ejemplo traer pila recargable, esa sensación de carga y descarga. Sensación de depender de aquello a lo cual se le ha depositado mayor valor e importancia. Un simple cambio permitiría entender que no hay vacío, sino por el contrario que pone en juego nuestra creatividad.
Son las redes sociales o enredos sociales como yo les llamo por el uso irresponsable que se ha dado de ella, la mayoría de los casos. La despersonalización en todas las áreas: visual, auditivo, imaginaria. Y aquí donde la imaginación juega un papel más importante ya que se crea una ilusión, una fantasía en redes sociales con “amigos” negocios etc. Infinidad de cosas impensables y donde desde pequeños parece que las nuevas generaciones traen integrado este chip de “tecnología” y teniendo desde muy temprana edad ese acercamiento con las ondas electromagnéticas emitidas y donde se gesta dependencia, dada la facilidad con la que aprende el manejo y manipulación de esta.
Como último punto y sin descartar lo positivo del mismo, es la cantidad de información que se puede retener, encontrar. Inimaginable; música, libros, fotos, videos, viajar por el mundo, acceder a una cantidad de información. Sin embargo; la adicción, la dependencia es cuando la tecnología y los aparatos se vuelven una extensión de la persona, siendo incapaces de dejar los aparatos por un rato, vivir con ellos y para ellos. Olvidamos una interacción, cercanía, de la convivencia de persona a persona, de crear, de vivir. Seamos responsables y reflexionemos sobre lo que construimos y lo que destruimos con la tecnología.
Leave a Comment