
¿ATRAPADOS EN UNA RELACIÓN TÓXICA?
Por: Lizbeth H. de Ayala. Psic.
Las relaciones de pareja son, casi siempre, complicadas. En consulta, vemos con frecuencia parejas
que tristemente se llevan muy mal, hasta el punto de vivir constantemente con estrés y malestar.
¡Todo comienza de maravilla!Amor a primera vista… la atracción es tan intensa que, al poco tiempo de conocerse, se mudan a vivir juntos. Lo que parecía el inicio de una hermosa relación plena de éxtasis, alegría incontrolable que los posee y les cambia completamente el ánimo, las motivaciones y los días. Una especie de fuego devorador empieza a consumirlos, esta experiencia en la que parece que no importa nada más en la vida que el otro, la persona amada.
Pero, ese amor inicial es ilusión, fantasía, arrobamiento, fatuidad, y como emoción al fin, es pasajero. La emoción sometida a la habituación, o costumbre, va perdiendo gradualmente la pasión inicial. La Amistad profunda, con su comunicación sincera, abierta, espontanea propia de la “magia del enamoramiento” se pierde, y aparecen los miedos, la inseguridad, y la desconfianza de toda la vida, regresa y se apodera de ellos, manifestándose desde con silencios inacabables has en ocasiones una agresión abierta.
¿Qué hago yo con este monstruo… o, Qué hago yo con esta bruja?En toda relación se da este despertar. Ya, la presencia del otro no es positiva y luminosa sino tóxica. Es como un agujero negro que lo va devorando progresivamente todo. La variedad y las diferencias no enriquecen las vidas, sino que se presentan como realidades opuestas que reciben salidas arbitrarias. La convivencia, en lugar de ser una oportunidad de amar, de comunión, de compartir, rápidamente cobra tintes de invasión, de desorden, de oposición, en vez de buscar la conciliación. Las diferencias parecen insuperables, con muy poco diálogo y demasiada oposición. Surgen los fantasmas del pasado escondidos en el saco invisible que traemos cada uno a cuesta: “Nuestra historia personal”, donde la memoria inconsciente guarda todas las experiencias tempranas de vida, traumas, buenos o malos ejemplos recibidos de nuestros padres, condicionando invariablemente y de alguna manera, nuestros comportamientos presentes. ¿Qué vimos y aprendimos de cómo se da y se recibe amor? ¿Cómo se vive en pareja? ¿Cómo amar y servir a Dios? ¿Cómo ser alegres y felices en la vida?, Etc. Repetimos fielmente patrones familiares, o tratamos de obviar lo doloroso, haciendo lo que nos parece mejor. ¡Qué difícil! armonizar el contenido de los dos sacos en la pareja, tan diferentes, ¿Cuál será el más saludable?
RELACIONES DE PAREJA TÓXICAS:
Son aquellas en las que por lo menos uno de ellos tiene comportamientos y actitudes totalmente impropias, que pueden llegar a suponer una situación de vulnerabilidad psicológica y emocional para el otro. La vida de la pareja entra en un espiral desesperante en el que están completamente atrapados. No hay luz, su vida se contagia de un ambiente tóxico que envenena. Se producen dinámicas realmente peligrosas, que rozan el maltrato psicológico. Existe un profundo desgaste emocional al pensar que podemos salvar la relación.
Cómo saber si estás en una relación tóxica?
Te propongo algunas preguntas: ¿Tu pareja arruina todos los momentos felices de tu vida con comentarios pasivo-agresivos? ¿El clima en casa pasa de bueno a malo en cuestión de segundos? ¿Siempre tiene algo negativo que decir sobre tus actividades? ¿Te sientes dentro de una espiral de mala onda de la que no puedes escapar? Si respondiste SI a la mayoría de estas… Tu relación de pareja al parecer tiene algo de tóxica y, como tal, te estás envenenando lentamente.
CARACTERÍSTICAS DE UNA RELACIÓN TÓXICA:
A.- Control excesivo y celos:
– Celos, celos, celos. Celos agresivos. Tu pareja te insulta, dice que provocas y te agrede de este modo para controlarte. Muchas veces respondes del mismo modo, cayendo en una espiral viciosa de pareja celosa y patológica siempre al borde de la agresión activa.
– Tu pareja te controla todo el tiempo. Te llama por teléfono cuando menos lo esperas, acude a casa por sorpresa, o aparece de pronto para curiosear qué haces.
– Tu pareja se enfada cuando sales o deseas salir con amigos(as). Quiere estar pegado a ti las 24 horas del día y todo el tiempo piensa que le escondes algo. Solo está feliz si puede controlar cada aspecto de tu vida todo el tiempo e, incluso así, encuentra un modo de agredirte.
– Controla tus gastos personales, lleva control innecesario sobre tus cuentas bancarias, o te pide explicaciones sobre cada gasto y cada factura o recibo. Investiga tus redes sociales y tu teléfono móvil. No respeta tu privacidad.
– Te menosprecia y te da a entender que sin él/ella no serías nadie, ni podrías seguir adelante. En reuniones familiares o con amigos, te empequeñece o le quita valor a lo que haces. Evitas emitir tu opinión sobre algo por miedo a que vuelva a reprenderte o a cuestionarte.
– Es habitual que use el chantaje emocionalcontigo: si no haces lo que él/ella quiere, se enfada. Es Impredecible, no sabes cuando se va a enfadar. Te trata con exceso de paternalismo o maternalismo y sobreprotección, aunque no eres “lo prioritario”, lo más importante para el otro.
– Toma decisiones que afectan a ambos sin pedir tu opinión, e incluso sin informarte, te dicen que has cambiado mucho, que no te reconocen, has dejado de hacer lo que te gusta.
B.- Falta de respeto y conflictos:
– Son relaciones que pasan del bienestar al malestar en pocos segundos porque uno de los miembros de la pareja crea un ambiente amenazante para el otro que, siempre, termina mal.
– Nunca sabes si tu pareja realmente te ama o no. Faltas de respeto y de reconocimiento, dice una cosa y hace otra, hasta hacerte pensar: ¿Estaré loco(a)? Surge la inseguridad y la autoestima comienza a caer porque te sientes culpable por algo indefinido todo el tiempo.
– Pasan de peleas constantes a indiferencia absoluta, cosa que te desespera y te descoloca. Cuando discuten, tienes que ceder tú siempre, porque en caso contrario puede estar días sin dirigirte la palabra.
– Se mete con tu forma de vestir, intenta influir de malas maneras para que cambies tu estilo, etc. Sientes un clima de agobio absoluto, de manipulación, de sufrimiento y de descalificación hacia tu persona.
– Te esfuerzas constantemente en demostrar tu valía, pero hace lo posible por restarle importancia a tus
méritos y virtudes. Hay una oposición encubierta o descaradamente abierta hacia la posibilidad de tu crecimiento personal. Si intentas estudiar algo nuevo, interesarte por una nueva actividad o conocer gente diferente, automáticamente sientes que el otro intenta o logra boicotear tu iniciativa.
– Le quita importancia a los problemas que expresas, minimizándolos y diciendo frases del estilo “no es para tanto”, “no te quejes por vicio”, etc. Recordándote los fallos y errores que cometiste en el pasado. Siempre estás mal, algo que dices o haces y no sabes bien, porqué.
– Cuando el otro no está presente, te sientes liberado, contento, pero, al mismo tiempo, vives el disfrutar sin esa persona, con culpa. ¡No tienes ganas de volver a casa! Miras con cierta envidia cómo los demás gozan de las cosas buenas de la vida juntos, anhelas no tener esa “nube negra” sobre la cabeza.
C.- Sexualidad:
– Notas que mantienes relaciones sexuales con él/ella a pesar de que no tienes muchas ganas, solo por complacer sus deseos o para evitar que se enfade. Te chantajea o exige que realices prácticas sexuales que no te gustan. Te compara con otras parejas sexuales de su pasado.
ATENCIÓN… A estas alturas tu cuerpo te avisa
Dolores de cabeza, punzadas en el estómago, depresión, insomnio, ansiedad; sufres emocional y hasta físicamente. Necesitas un cambio; el cuerpo somatiza todas las preocupaciones y tensiones por las que pasas, pero no puedes dejar la relación, salirte de ella. Es importante poder tomar diferentes acciones. ¡Busca ayuda!, necesitas mejorar la autoestima y abordar los problemas con seguridad. ¡Amor no es dolor!
AHORA… ¡CUIDADO! TODOS TENEMOS CIERTAS ACTITUDES TÓXICAS EN ALGÚN MOMENTO.
Es muy fácil ver los fallos en los demás y muy difícil hacer autocrítica. Todos, en algún momento de nuestra vida, podemos cometer errores y tener uno o varios fallos como los antes descritos. Por tanto, debemos ser muy cuidadosos a la hora de enjuiciar a nuestra pareja. Solo será una relación tóxica aquella en que, de forma habitual, se produzcan varios de los problemas comentados. En muchas ocasiones la situación puede ser reconducible gracias al aprendizaje de técnicas de comunicación y de buena convivencia de la pareja.
Sería una maravillosa utopía que todas las personas pudieran conocer, aceptar y sanar todo el dolor emocional que llevan a cuesta guardado en su saco, antes de emprender la aventura de compartir la vida en Matrimonio. Es la manera ideal de romper las cadenas disfuncionales de vida que se arrastran y trasmiten de generación en generación desvirtuando el hermoso Plan de Dios para el ser humano.
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