
De Romita a ROMA – Viaje Familiar de la Familia Valdez Mancha
Por: José Juan Valdez, MA.
Hace unas semanas mi familia y yo tuvimos la oportunidad, regalo, bendición impresionante de parte de Dios de hacer un viaje y estuvimos en Estambul, Turquía; Roma, Florencia, Pisa y Sestri Levante Italia; Principado de Monte Carlo, Cannes, Arles Francia; y finalmente en Barcelona y Madrid España. Les compartimos algunas fotos que pueden comunicar un poco de experimentamos.
Algunos de ustedes ya me conocen, soy José Juan Valdez y junto con mi esposa Alba Iris encabezamos esta iniciativa de la revista que ahora está delante de usted – FAMILIA HISPANA – pero lo que tal vez no sabe es nuestro origen. Yo vengo de una familia muy humilde de un pueblito en Guanajuato, llamado Romita (alguien en los comentarios de un video que compartía en mis redes sociales escribía “De Romita a Roma”). Mi padre José Eliazar Valdez (QEPD) fue campesino toda su vida, así literalmente con el sudor de su frente y trabajando de sol a sol, con la ayuda de mi madre, Teresa Landín Rangel de oficio costurera, nos sacaron adelante. Crecimos (mis otros ocho hermanos(as) y yo sin ningún lujo, pero nunca nos faltó que comer y que vestir.
En mi pueblo había varias tiendas famosas (de toda la vida) en la plaza: El Triunfo de Chano que vendía telas, zapatos, hasta trompos y resorteras, la única de Ramoncillo que era una tienda de zapatos, el Fígaro que vendía vestidos de novia, ropa para bautismo y primera comunión, la Tienda de los Bran (Doña Petra) y por supuesto la Mercantil de Chuche Rocha (que luego fue presidente del Pueblo)que también vendía de muchas cosas, pero entre estas telas, botones, cierres, broches y todo lo relacionado con la costura; a esa tienda nos mandaba mi mamá a comprarle cosas que necesitaba para sus costuras (cierres, botones, etc.) y en el mostrador donde pagabas el señor Chuche Rocha tenía fotos con su familia en viajes que había hecho a algunos lugares de Europa y creo también Tierra Santa.
Cuando yo veía esas fotos pensaba… primero ¡Que Bonito! Y luego cierta tristeza o nostalgia al saber que bueno, YO NUNCA iba a poder visitar esos lugares, por que mi viejito no era el dueño de aquella tienda y bueno por circunstancias de la vida esas cosas no eran para nosotros… con aquellas fotos se revolcaba un suspiro de “ni pa’ cuando”. Pero ese suspiro de aquel niño lo tomó mi Dios y Padre del cielo y lo guardo ahí, cerca de su corazón misericordioso y providente.
El primer lugar que salí de Romita fue a Guanajuato (la capital del Edo), que está como a unos 30 kilómetros de Romita, estaba en secundaria (Técnica # 31 de las Liebres) y Genaro el hijo de Marcos Rangel, me sonsacó y me “fui de pinta” (la única vez) y nos pasamos el día en los pastitos en frente de la plaza de las ranas. Después en el Seminario de León, hicimos un viaje a la ciudad de México en la Preparatoria con Nabor (ahora padre) cuando estudiaba la prepa, y luego hacia el final del Curso Introductorio fuimos a Rincón de Guayabitos en Nayarit. Cada viaje… toda una experiencia.
Terminé en Estados Unidos después de terminar la Filosofía (en Yakima, Washington) y después de que salí del Seminario y comencé a servir en la Renovación carismática, Dios me concedió ir a llevar su Palabra, su enseñanza, a evangelizar a muchas Diócesis en Estados Unidos, luego también en México, Puerto Rico, Honduras, Paraguay, Perú, Ecuador y Costa Rica. Cuando estaba en Ciudad del Este, Paraguay en una Conferencia-Congreso para Jóvenes al subir a compartir todo mi ser se llenó de profundo agradecimiento y regocijo que me dieron ganas de llorar de una alegría que venía de Dios, no lo podía creer… el hijo de Don Chal estaba a miles de Kilómetros de su pequeño pueblo natal por pura bendición de Dios.
Después de trabajar varios años en diferentes parroquias de las Diócesis de Galveston-Houston y la de Austin, TX. (otra bendición del cielo), poquito antes y durante la mayor parte de la Pandemia estuve sin un empleo por diferentes circunstancias, una vez más bendito Dios providente, nunca nos faltó nada y por algunas circunstancias que no planeamos, sino que dejamos que se hiciera la voluntad de Dios en medio de cierta incertidumbre, termínanos siendo bendecidos con un dinero extra que no buscamos y llegó.
A propósito del cumpleaños número XV de nuestra Natalia salió la idea de un viaje por Europa, primero para ella y terminó siendo en Familia. Aun sigo asimilando tanta belleza, tanta historia, tanta emoción, tanta bendición inmerecida, tanto amor de parte de Dios para este, el hijo de don Chal.
Les comparto unas fotos de nuestro viaje y un poco de una emoción que pensé nunca experimentaría en mi vida y ahora es parte de mi historia llena de bendiciones con mi regalo más grande del cielo, mi familia. ¡Deo Gratias!
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