
La PORNOGRAFIA destruye la FAMILIA
Ps. Lizbeth H. de Ayala
Vivimos en la era digital. Todo lo que necesitamos lo encontramos en Internet, desde una receta de cocina hasta un diagnóstico médico… Es esto una maravilla. Si y no, porque el mundo de hoy se enfrenta a infinidad de tentaciones que buscan esclavizar al hombre a través de los sentidos y Dios nos ha creado libres.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que al menos el 25 por ciento de la población sufre un problema relacionado con el abuso de la tecnología. Las adicciones se han convertido en un problema grave, repercuten negativamente al descuidar obligaciones o dañar las relaciones sociales. Un adicto a las nuevas tecnologías puede entrar en aislamiento, gastar incontroladamente, caer en depresión y/o ansiedad. Estas adicciones reciben el nombre de “no tóxicas”, “sin sustancia” o “no químicas”, algunos expertos prefieren denominarlas como “problemas de abuso, mal uso o dependencia”. Las más adictivas son el celular, Internet, redes sociales, chatear, compras online, etcétera. Las peores están asociadas con otro tipo de patología: el uso abusivo de webs de pornografía.
QUE ES LA PORNOGRAFIA?
Es todo material que representa actos sexuales o actos eróticos con el fin de provocar excitación sexual del receptor. Desde la década de 1970, el cine pornográfico se super desarrolló, y la pornografía se ha hecho presente a través de diversas plataformas, como: la animación, el cine, la escultura, la fotografía, la historieta, la literatura o la pintura, y ha logró un gran auge en los medios con las revistas pornográficas e inclusive el audio con el sexo telefónico.
Los niños y adolescentes son especialmente vulnerables a la hora de abusar de las nuevas tecnologías; la curiosidad sobre temas sexuales es muy grande y si no hemos sembrado confianza en casa para hablar sobre estos temas o si no nos hemos adelantado, lo más probable es que resuelvan sus dudas directamente con sus amigos o a través de la red, corriendo el riesgo de acceder a contenidos inapropiados o contactar con desconocidos a través de Internet y redes sociales. Por lo que, se hace necesario ayudarles a saber utilizar de forma responsable los “medios”, y supervisar los contenidos a los que ellos tienen acceso. No está de más emplear programas que bloqueen el acceso a ciertos contenidos o que dejen el historial de las páginas visitadas.
Padres, nada se logra prohibiendo, los límites no pueden estar afuera, deben estar dentro de ellos. Desde pequeños poco a poco, deben aprender a hacer uso del autocontrol: “Saber dominarse en lo poco, para después poder dominarse en lo mucho”. A medida que crecen debe aumentar su autodominio y su responsabilidad, tanto en el uso y administración del tiempo en internet, como en muchas otras facetas de su vida.
ETAPAS DEL CONSUMIDOR DE PORNOGRAFÍA:
El doctor Víctor Cline, de la Universidad de Utah, identifica cuatro etapas de quien consume pornografía:
1. Adicción: el deseo y la necesidad de mirar imágenes pornográficas.
2. Escalada: la necesidad de imágenes más explícitas y fuertes para conseguir el mismo efecto.
3. Desensibilización: el material que al comienzo era sorprendente y tabú, se considera ya normal.
4. Actuar: tendencia a imitar los comportamientos vistos. Aunque no todos son igual de vulnerables, para algunas personas, la pornografía inicia el camino hacia la adicción sexual o a otro desorden en este campo.
DAÑOS QUE OCASIONA LA PORNOGRAFIA: Hagamos consciencia de los daños y efectos nocivos que hace la pornografía en jóvenes y adultos.
- Daña el cerebro:
La pornografía, con cigarros, alcohol y drogas tienen más en común de lo que parece, su efecto en el cerebro es el mismo; activan la dopamina, neurotransmisor del sistema nervioso que activa el placer, es esa sustancia precisamente la que los hace adictivos. Lo más preocupante de esta nueva droga es que su acceso es mucho más fácil, basta con un click.
La pornografía cambia el cerebro, el consumidor requiere cada vez más, una dosis mayor para satisfacer sus deseos. Mientras más consume, más grave es el daño en su cerebro, más atrapado y difícil será liberarse.
La pornografía afecta el comportamiento, cuando el consumidor se recrea en actos sexuales extremos, el cerebro de tanto ver, empieza a considerarlos normales y buscan formas de excitarse que anteriormente les darían asco, o los considerarían poco éticos y moralmente incorrectos.
- Daña el corazón y mata el amor:
Contrario al argumento de que “la pornografía es un placer inofensivo”, hay evidencias clínicas de cómo se distorsionan significativamente las actitudes y percepciones sobre la naturaleza de la sexualidad humana. Incapacitando al consumidor para un sano disfrute de su sexualidad, de tener seguridad en sí mismo, ser feliz, creando relaciones duraderas a futuro, porque las creencias que se forman en su mente están muy lejos de la realidad.
La pornografía es pura mentira. Desde las miradas, supuestas razones del acto sexual y la duración de este. El problema es más grave de lo que se piensa, una persona expuesta a la pornografía se compara, se califica a sí mismo como de menor capacidad, comienza a sentirse inferior y se obsesiona con perseguir algo que no es real. Puede llegar a enfermar mentalmente en materia sexual, a sobreestimar las perversiones como el sexo en grupo, la bestialidad, la actividad sadomasoquista y caer en el desenfreno de actividad sexual premarital o, extramarital.
Existen tres creencias fatales entre las distorsiones creadas: 1) las relaciones sexuales son algo recreacional, 2) los hombres son sexualmente dominantes y 3) las mujeres solo objetos o mercancías sexuales, por esto tienden a ser más críticos en cuanto a la apariencia física de su pareja, como de película, la buscan perfecta.
Las parejas, muchas veces víctimasde consumidores de pornografía reportan pérdida de sentimientos, desconfianza, ira, humillación, devastación; muchas presentan síntomas físicos de ansiedad y depresión. Algunas de ellas maltratadas, denigradas física y verbalmente.
3) La pornografía destruye la Familia
El vientre de una mujer es sagrado. Somos co-creadoras con Dios, portadoras de la vida. Al quitar la sacralidad al acto sexual, apartándolo del Amor como don de Dios, de ese encuentro divino y humano de alma y cuerpo entre el hombre y la mujer, queda reducido a algo puramente biológico, animal, instintivo. Aunque parezca exagerado, los adolescentes hoy en día, reciben educación sexual distorsionada a través de la pornografía, contribuyendo a la hipersexualización de la sociedad. Tienen al alcance millones de sitios y videos disponibles las 24 horas del día. Está comprobado que disminuye el deseo de tener hijos y formar una familia. Que aumentan las dificultades en las relaciones íntimas e insatisfacción sexual con la esposa o futura esposa. Por ende, aumenta el riesgo de divorcios una vez casados.
La mejor noticia es que el daño puede ser reversible cuando la persona decide parar, dejar la lujuria, abandonar ese comportamiento nada saludable; acercarse a Dios y buscar ayuda integral, espiritual y psicológica para superarse y cambiar definitivamente.
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