
Pequeñas luces para nuestras oscuridades
Por: Edy Enrique Cruz Moreno, Psicólogo
Me cuesta permanecer en gracia.
Jesús no cayó en la tentación porque sabia cuál era su misión (dijo mi párroco en la misa de entre semana). Amaba su misión, la misión en sí le daba el sentido de su existencia humana.
Mi vida esta rodeada de tentaciones que me seducen.
Hoy en día tenemos a nuestro alrededor muchas atracciones para nuestros sentidos corporales, además de innumerables invitaciones para nuestros deseos de placer y de poder. Por lo cual es casi imposible permanecer en gracia. Pero lo que es imposible para el hombre no es imposible para Dios. Y es por eso que a nuestra ayuda vienen dos bases fundamentales: descubrir cual es nuestra misión personal y, la oración personal que nos ayuda a descubrirla y a mantenernos fiel a ella.
Aquel que sabe a donde va, siempre encuentra el camino para llegar.
Por eso el cristiano que sabe cual es la razón de su existencia, y se descubre como un enviado a realizar una misión, tiene un propósito que fortalece su voluntad para mantenerse fiel a Dios. Aunque la misión personal no es simple deseo ni profesionalización; es más bien que la misión se apoya de tus gustos y habilidades para mostrarte que Dios al crearte ha puesto una encomienda única y especial para ti.
Si hermano y hermana eres única y creada para algo especial.
Para encontrar esa misión es necesario conocer a Aquel quien envía, y también conocerte a ti mismo, es decir conocer a Dios y a uno mismo, y no hay mejor lugar para conocer a Dios y a uno mismo que en la oración personal que se vive en los sacramentos, en la meditación y en la comunión con los hermanos.
Te imaginas siendo llamado por Dios.
En la oración descubres la voz de Dios que con ternura y amor te llama por tu nombre y te dice: te he creado por amor y para el amor, por eso te he hecho a mi imagen y semejanza, con habilidades y destrezas que servirán para hacer el bien al mundo, y sobre todo para crear en ti una vida de plenitud.
Dios quiere que seas tu mismo, y por eso te ha dado una misión personal.
Cuantas personas se sienten frustradas haciendo o dedicándose a labores que no les gustan, y cuantos otros hay con miedos a lanzarse a su verdadera pasión. Pero Dios no se equivocó, pensó en todo y quiere que lo descubras en la oración. Que ahí en el centro de tu ser de la mano de su amor, sientas el llamado a tu misión personal, y no solo el llamado, sino también la forma de realizar tu vida conforme a tu misión personal.
Quiero encontrar mi misión, pero no sé cómo hacerlo.
Ahora quizá no sabes como hacerlo, pero este es solo el inicio. Busca y encontraras, pide y se te dará. Verás como Dios alcanza las herramientas necesarias para contestar tus dudas. Por ahora, quédate con la certeza de que en la oración descubrirás tu misión personal, y que la misión personal es el medio para ser feliz dándole un sentido pleno a tu vida. Y con un objetivo claro, tu voluntad se fortalece y sigue con más fuerza el camino de la fidelidad.
¡Aprende a orar!
Esa es tu tarea inicial.
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